viernes, 13 de febrero de 2015

Máscaras

Sonreír va antes que todo. Ser feliz. El problema está cuando no eres capaz, cuando tu sonrisa y tu felicidad son un muro que levantas, una máscara que se adhiere a tu piel cada vez que te levantas de cama y que te va absorbiendo poco a poco, hasta el punto de que te sale una sonrisa que no sientes. Le sonríes al mundo, a la vida. Te ríes de ella. Pero cuando te topas de frente con la soledad, dura, implacable, la máscara comienza a agrietarse y se rompe, dejando salir en torrente todos los sentimientos que estabas reprimiendo: tristeza, amargura, dolor... Todos y cada uno de ellos afloran, intensificandose, destruyendote lentamente, con más intensidad cada vez que la máscara se recompone, haciendo que cada vez, sonreír sea más falso, que reír sea toda una proeza, y que ser feliz sea un reto imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario